jueves, 26 de agosto de 2010

Hÿpn

No sabría bien como definirlo, es algo parecido a un Mundo, aunque no tiene una cultura propia, sino que más bien una gran cantidad de pensamientos y valores equivalentes a la cantidad de personas que lo transitan.

Tiene un lenguaje heredado, pero es menos sintético que el tradicional.
No se usan palabras vacías, si no que imágenes acompañadas de adjetivos mentales que en su conjunto dan significaciones.
Aunque no exista la luz artificial, todo es tan claro, que hasta puede llegar a confundirnos.

Aquel ser omnisciente que algunos llaman Dios camina por sus calles y te va tirando postas.
Intrínsecamente no tiene maldad, aunque eso no significa que no exista.

No hay lideres ni leyes, cada uno sigue sus propias reglas.
Los Medios Masivos de Comunicación no tienen poder de manipulación, cada uno ve lo que siente.

Podés compartir junto a tus amigos secuencias extrañas, también vivir situaciones cotidianas con desconocidos.
Reconocés a cada persona que te cruzás, por más que nunca jamás la hayas visto antes.

En Hÿpn cada uno hace aquello que siempre tuvo ganas de hacer y por alguna razón desconocida, no lo hizo.
Cuando la gente lo conoce, no quiere volver a su mundo original, pero vuelve igual.
Aunque suene como una utopía, no todos estamos preparados para vivir allí.

Hÿpn es imprevisible, aquellos que tengan caos en su interior es probable que se sientan incómodos.
Como lo natural no es controlable, ellos, más que libres, serán presos de sus propias desgracias.
La mayoría no podría quedarse mucho tiempo, tanta verdad podría llegar a desesperarnos.
Como todo aquí es natural y simple, cada persona siendo lo que es, tendría que poder estar bien.

¿Será que en realidad existe gente con "maldad" interior?
¿O más bien la sociedad es quien se la impregna?
Opino que todos somos buenos, pero diferentes.
Cada uno justifica sus acciones a partir de sus propios fines.
En nuestro mundo, las personas que tienen fines compartidos con más cantidad de personas, serán considerados los más "buenos". Pero cualitativamente esto no es verdadero, en Hÿpn no importa mucho lo que piensen los demás, solamente lo tuyo tiene validez.
Hÿpn potencia la personalidad de cada uno: los buenos son santos y los malos demonios; aunque eso depende del lado que se vea porque es relativo.
Todos los males que pueden llegar encontrarse allí son traídos de nuestro mundo.

Aquí no encontrás lo que buscás, si no que lo que sos, lo que tenés reprimido.
Te enteras de ciertas cosas tuyas que tenías ocultas.

Es fácil visitar Hÿpn, los hacemos todos los días.
Imposible es quedarse a vivir
Cerrando los ojos podemos conocer superficialmente los suburbios de Hÿpn.
Al corazón solo llegamos incocientemente.

Algunos dicen que cuando abandonamos nuestro mundo y conocemos Thänat, finalmente llegamos a Hÿpn para quedarnos en el para siempre.

sábado, 21 de agosto de 2010

Azul, Blanco y Rojo


El Azul, autoritario y con cierto aire de superioridad, porta una sutil elegancia al estilo jazz y una tranquilidad aurora. Su mirada fria esconde cierto misterio.

El Rojo,  rebelde como un bandido, impulsivo y extremista. Tan cálido y pasional como sexual, aunque violento y provocador como Satán.

El Blanco sensible y limpio, por momentos puede parecer invisible. Tan amigable como para suavizar las diferencias de los otros dos. Tan simple, que lo entienden en el cielo y en Plutón.




Cuando no tengo que seguir una determinada regla, o transmitir algún concepto específico, mis impulsos se dirigen automaticamente para este lado. Mis pensamientos y expresiones son de estos colores, igual que mis preferencias, muchas de ellas tienden hacia este conjunto, que a mi criterio tiene un armonioso balance cromático.





Estás banderas me gustaron siempre.


Azul y Rojo separados por blanco. Cruces, colores y contrastes.



Esperable es, que de la unión de estos tres colores tan distintos, salga un resultado tan raro y autentico, dotado de una personalidad tan abierta e imprevisible.

Rockero y psicodélico, sin dejar de lado el glamour y la elegancia.
Puede ser el más infantil e inocente acompañado de blanco, pero también la manifestación pura de la maldad, cuando se hace cómplice del negro.




Si el Azul es el sentido común, el Rojo los sentimientos, y el Blanco un hipotético dios, el Violeta es el Alma. Intangible e inconciente.

El blanco quien antes era el encargado de contrastar y ampliar la diferencia entre el azul y el rojo. Ahora es quien suaviza, quién le saca intensidad y saturación. Convirte a ese magenta chillón en un suave violeta pastel.

No es casual que el color más parecido a mi sea cercano a alguno de estos.



Insólito y placentero, es caminar sobre pétalos de jacarandá. Arboles tan reales, que aunque tinten un violeta surrealista, transmitan tanta naturalidad. Algo similar es contemplar esos atardeceres nublados de otoño, donde no se logra diferenciar claramente al cielo, de las nubes.
Cada aparición suya en la naturaleza nos impacta, es algo increíble, por ser tan poco creíble.


Violeta escucho, el sonido ultrasónico del Wah-Wah de Jimi Hendrix, los ecos de Roger Waters, las expediciones al espacio de David Bowie y las rumbas chicanas psicodélicas de Cedric y Omar Rodriguez Lopez.

Brian Jones y Syd Barret tuvieron algo que ver con el, las noches boogies de T- Rex y las sátiras de Adrián Dargelos también.

Las aventuras de John y George en la India, las inspiraciones que Rachmaninoff despertó sobre Matt Bellamy, la sutil seducción de Portishead y el ejercito de Björk.

Todo lo que no es negro en Soulwax y Justice, es violeta.

Visualizo violeta al planeta de David Lynch, a la imaginación de Terry Gilliam, a las tienieblas de Tim Burton y a los sueños de Gondry.


Al automatismo inconciente de Dalí, al Londres Victoriano de Oscar Wilde y a  las sociedades distópicas de Aldous Huxley.


En un futuro muy cercano, me gustaría cosificar a estos 4 colores. Ilustrarlos, materializarlos, hacerlos forma. Darle vida y personalidad visual. Si te interesa o se te ocurre algo, hacemelo saber y lo proyectamos. Estoy seguro de que podemos hacer un bello y conceptual corto animado.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Intensa Sensación

Cierro los ojos, veo negro, aparecen unos colores y me veo a mi. 
Descubro mi interior, sin distracciones que desvíen mis ideas.
Si se dice que la vista guía la mayor parte de nuestra atención, podemos inferir que con los ojos cerrados, vamos a poder sumergirnos en el estado de concentración más profundo que nuestro potencial puede dar. 
Imaginamos, besamos, degustamos, memorizamos y meditamos con los ojos cerrados.

Nos acostamos boca arriba con los brazos apoyados en el piso con las manos palma para arriba, respiramos profundo y nos concentramos en cada parte de nuestro cuerpo o en alguna idea que tengamos dando vuelta.
Pasa un rato y bostezamos. ¿Qué significa esto? ¿Nos aburrimos o estamos cansados? 
Prefiero pensar que estamos muy cómodos y que llegamos a relajarnos completamente.
Poco a poco empezamos a perder nuestro foco y es muy probable que nos quedemos dormidos.
Entonces ... 

¿Por qué el margen de diferencia entre la concentración y la desconcentración es tan estrecho? 
¿Será que acaso abrimos los ojos para poder distraernos, porque tenemos un tiempo limitado de concentración?

Soñamos con los ojos cerrados ...

Los sueños que son las manifestaciones del inconciente, aunque sean lo contrario a la concentración, son más vos, que otros estados, porque todo sale de adentro tuyo.

Entonces, ¿Mi YO, es más YO cuando estoy inconciente, o por el contrario, cuando alcanzo el máximo estado de conciencia, estando concentrado?

Cuando no encuentro una solución a algo como esto, lo justifico diciendo que todo concepto existente tiene su dualidad.
Lo único que puedo afirmar, es que con los ojos cerrados, puedo conocerme mejor que a través de un espejo.